Desde Francia proponen que el emblemático monumento regrese a París, argumentando que Estados Unidos ha dejado de representar los valores que la estatua simbólica.
El eurodiputado francés Raphaël Glucksmann ha instado a Estados Unidos a devolver la Estatua de la Libertad a Francia, alegando que el país norteamericano ya no encarna los valores que inspiraron su obsequio en 1886.
Contexto histórico de la estatua
La Estatua de la Libertad, diseñada por el escultor francés Auguste Bartholdi, fue entregada por Francia a Estados Unidos como símbolo de amistad y de los ideales compartidos de libertad y democracia. Desde su inauguración en el puerto de Nueva York, se ha erigido como un faro de esperanza para millones de inmigrantes que llegaron al país en busca de nuevas oportunidades.
Declaraciones de Glucksmann
Durante una reciente convención de su partido, Place Publique, Glucksmann expresó que Estados Unidos «ha elegido alinearse con tiranos» y que «despide a investigadores por pedir libertad científica». Por ello, sugirió que la estatua estaría «mejor de vuelta en casa» en Francia.
Respuesta de la Casa Blanca
La administración estadounidense, a través de la portavoz Karoline Leavitt, rechazó firmemente la propuesta de Glucksmann. Leavitt destacó que Francia debería estar agradecida con Estados Unidos por su papel en las guerras mundiales, insinuando que, de no ser por la intervención estadounidense, Francia no disfrutaría de las libertades actuales.
Implicaciones diplomáticas
Aunque la propuesta de Glucksmann no representa la postura oficial del gobierno francés, refleja tensiones en la relación franco-estadounidense. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha intentado mantener una relación equilibrada con la administración estadounidense, colaborando en ciertos aspectos mientras se opone a decisiones como la imposición de aranceles.
Patrimonio y propiedad de la estatua
La UNESCO reconoce a la Estatua de la Libertad como propiedad del gobierno de Estados Unidos, lo que hace improbable cualquier intento de repatriación. El monumento sigue siendo un símbolo perdurable de los lazos históricos entre Francia y Estados Unidos, así como de los ideales universales de libertad y democracia.
Por Analy Velasco, periodista.
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