El priorizar el espacio para peatones y duplicar aceras es la prioridad en el rediseño de la icónica avenida.

La Quinta Avenida, uno de los corredores más emblemáticos de Nueva York, está a punto de sufrir una renovación histórica con su nuevo rediseño. Este proyecto revolucionario busca ampliar significativamente las aceras, reduciendo el espacio para los vehículos y priorizando el tránsito peatonal. El objetivo es crear un bulevar peatonal que no solo sea más accesible, sino también más verde y seguro para los millones de neoyorquinos y turistas que la visitan cada año.

Aceras más amplias y seguridad reforzada

Esta propuesta incluye una ampliación significativa de las aceras, que pasarán de ocupar el 46% del espacio disponible a casi el 70%. En términos concretos, esto significa que el área destinada a los peatones se duplicará, proporcionando más espacio para caminar sin obstáculos. Con este cambio, las nuevas aceras tendrán un ancho de aproximadamente 10 metros, mejorando considerablemente la circulación peatonal, sobre todo en temporadas altas cuando el tráfico de personas puede llegar a más de 23.000 personas por hora.

Los cruces también se acortarán para incrementar la seguridad vial, reduciendo las distancias que los peatones deben recorrer al cruzar la avenida. A esto se suma la incorporación de nuevas áreas verdes y vegetación, con la plantación de más de 230 árboles y la instalación de 20.000 metros cuadrados de jardineras que embellecerán el paisaje urbano y mejorarán la calidad del aire en la ciudad.

Reducción del tráfico vehicular y su impacto económico

Además de la ampliación de las aceras, el plan prevé una reducción en el número de carriles de circulación vehicular, pasando de cinco a tres. Esta reconfiguración busca no solo disminuir la congestión del tráfico automovilístico, sino también incentivar el uso de transporte público y promover una movilidad más sostenible en la ciudad.

Se espera que el proyecto esté completado para el verano de 2025 y se financiará en gran parte mediante el aumento de los ingresos fiscales derivados de un mayor valor en las propiedades y un incremento en las ventas comerciales a lo largo de la avenida. Según las autoridades locales, la inversión se recuperará en menos de cinco años gracias a este repunte económico, asegurando que tanto neoyorquinos como turistas disfruten de un entorno más seguro y amigable para el peatón.

Inspiración en otras avenidas internacionales

La nueva propuesta de la Quinta Avenida no solo se enfoca en mejorar la movilidad, sino también en reforzar su identidad histórica. Inspirado en otras grandes avenidas del mundo, el proyecto toma como referencia avenidas icónicas como los Campos Elíseos en París o la calle Ginza en Tokio, incorporando elementos de diseño que respetan la arquitectura neoyorquina y su legado Art Decó.

Este esfuerzo por revitalizar el espacio público es clave para la recuperación económica de la ciudad, que depende de la Quinta Avenida como un motor vital. La avenida es responsable de más de 313.000 empleos directos e indirectos, y genera alrededor de US$ 111.500 millones en actividad económica anual.

Visión verde y sostenible para el futuro

Más allá de la infraestructura física, el proyecto apunta a crear un espacio público más verde y sostenible. Las áreas arboladas y jardines que se integrarán a lo largo de la avenida no solo mejorarán la estética del lugar, sino que también ayudarán a mitigar los efectos del calor y a controlar las aguas pluviales, elementos clave en la lucha contra el cambio climático.

“La transformación de la Quinta Avenida es una victoria para todos los neoyorquinos”, comentó el alcalde Adams. “Estamos creando un bulevar que no solo servirá a los peatones, sino que será un referente mundial en sostenibilidad y diseño urbano.”

Conoce más del proyecto

Por Analy Velasco, periodista.